-Por Luciano J. Díaz
En Argentina, los impactos sociales y económicos de la pandemia del mortal virus conocido como COVID-19 o “Coronavirus”, no han hecho más que profundizar y empeorar la situación de vulnerabilidad social y económica que ya venía experimentando el país. Es cierto que se ha buscado alguna solución por parte del Estado, pero la verdad es que no ha habido mejoría alguna, en realidad las cosas han empeorado.
Durante el primer semestre de este año, el gobierno argentino trató de generar medidas para combatir esta crisis que atraviesa la Argentina, pero ¿Qué tan efectivas fueron las medidas? ¿Acaso el gobierno no hizo más que empeorar la situación? ¿Esto es culpa de la sociedad que se niega a cooperar? La gente se cansó de vivir encerrada en su casa, dijeron ¡Basta! y salieron a vivir una vida normal, fue un grave error.
¿Por qué fracasan las estrategias para frenar el contagio? Según el sociólogo e investigador del Conicet Daniel Feierstein en su cuenta de Twitter: “La respuesta no es médica sino sociológica” ¿A qué se refiere? pues bien, esto tiene que ver con un lado emocional y afectivo de la sociedad, el deseo de ver a los conocidos, parejas, amigos y familiares ocasiona que se ignoren los protocolos de seguridad establecidos por el gobierno. Está claro que ver a los seres queridos es necesario, pero en este contexto deberían seguirse las instrucciones de los profesionales de la salud y las autoridades que solo desean nuestro bien.
Por otro lado, el sociólogo Daniel Feierstein también menciona que: “A cualquier sujeto le resulta difícil aceptar la posibilidad de su muerte o enfermedad y también la alteración de su vida cotidiana.
Eso explica también el odio en las respuestas anti-cuarentena”
La vida se ve alterada, se pierden puestos de trabajo y se buscan alternativas para generar ingresos, el simple hecho de cambiar y mutar el estilo de vida diaria puede provocar un gran malestar dentro de la sociedad, lo que puede llevar a la agresividad y al rechazo por parte de esta con el gobierno y sus medidas preventivas, lo que aumenta el contagio del virus. Francamente si la sociedad respetara un poco más y pensara con raciocinio se darían cuenta de que no todos los cambios son malos. A pesar de los esfuerzos llevados a cabo para mitigar los efectos de la crisis, dada su magnitud casi inédita, el panorama es crítico: en el primer semestre del año la pobreza alcanzó al 40,9% de la población, según datos de INDEC. Esto significa que entre 2019y 2020, ingresaron a la pobreza 2,5 millones de personas. Cabe señalar que sin las medidas de transferencias llevadas a cabo por el gobierno la tasa de pobreza podría aumentado 2,6 puntos porcentuales más, alcanzando al 43,5% de la población.
De esta forma, estas políticas habrían impedido que casi 1,2 millones de personas caigan bajo la línea de pobreza. No todo es malo, el gobierno ha actuado bien en ocasiones salvando vidas y generando empleos y servicios sociales para aquellos que más lo necesitan.
“En un principio la gente que podía entrar al super era limitada, ellos tenían que usar barbijos, hacían una fila para entrar y se les tomaba la temperatura” dice Lorena Ramona Díaz, coordinadora de recursos humanos del supermercado Chango Mas, además añade que: “una vez que entraban se les ponía alcohol en las manos y se registraba todo en una computadora” , se seguía un estricto procedimiento para frenar los contagios masivos en la población y poner a salvo a los empleados de locales comerciales como el Chango Mas o Wallmart.
Sobre las medidas tomadas por el gobierno Lorena menciona: “Y la verdad para mí no todo estuvo bien, algunas si y otras no tanto” dando a conocer que a pesar de que los contagios se dispararon los últimos meses, el gobierno argentino hizo lo que pudo y tuvo a su alcance.
El distanciamiento social ha afectado a la población en general y ha provocado daños psicológicos difíciles de reparar, lo cierto, es que la intención fue siempre bajar la cantidad de contagios en el país. ¿Se podría haber actuado mejor frente a esta epidemia? algunos creen que sí.
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